viernes, 17 de diciembre de 2010

C

CARE SANTOS

Decálogo de las criaturas de la noche:
Guárdate de lo que brille demasiado.
No temas a tu propia sombra.
Ama como un mortal.
Ambiciona como un inmortal.
Como solo por necesidad.
No quieras poseer lo que no necesitas.
Huye de quien te tema.
Mira a los ojos a tus víctimas.
Da y toma con intensidad.
Nunca mires atrás.

(Esta Noche no hay Luna Llena, Care Santos)

Decálogo del lobo:
Respeta a tus mayores.
enseña a los jóvenes.
Coopera con la manada.
Juega siempre que puedas.
Caza cuando lo necesites.
Descansa entre ambas cosas.
Comparte tu afecto.
Expresa tus sentimientos.
Haz que el peligro te tema.
Deja tu huella.

(Esta Noche no hay Luna Llena, Care Santos)

Las palabras no saben expresar sus sentimientos como él desearía. Es como si el lenguaje huniera perdido de pronto su utilidad. Lo que no sabe es que el lenguaje y los enamorados no suelen llevarse muy bien.

(Esta Noche no hay Luna Llena, Care Santos)

- Te vas a echar a reís, pero... nunca me he declarado a una mujer.
Abel, en efecto, se echa a reír.
- ¿En serio?
- En serio. Cada vez que sentí tentaciones de ahcerlo, me frenó el pánico. Pensé que ella echarían a correr, asustadas por mi torpeza. Que no volvería a verlas.
Abel sigue riendo.
- ¿Tú te has declarado? -pregunta Hipólito.
- Sí.
- ¡Lo sabía! -Hipólito golpea la mesa y los platos cantan-. ¿y qué tal?
- Ha desaparecido. Igual es eso que dices.
- ¡No fastidias! ¿En serio?
- En serio.
Hipólito pone cara de gran castástrofe. Abel ríe:
- Eres la primera persona a quien se lo cuento. Si se lo explicas a mi madre, te como para cenar.
Hipólito no puede parar de reír ante la ocurrencia del chico. Tal vez sean los nervios por lo que acaba de contarle, o tal vez la propia situación, que es un poco anómala, inesperada.

(Abel e Hipólito, Esta Noche no hay Luna Llena, Care Santos)

Abel está en lo cierto: puede cambiar.
Hay un momento en la vida en el que aún estamos a tiempo. Aún tenemos la posibilidad de elegir aquello en lo que vamos a convertirnos. Lo que deseamos ser. Abel está en ese momento crucial de la vida.

(Esta Noche no hay Luna Llena, Care Santos)

De pronto siente unas ganas irrefrenables de correr. Y lo hace.
Corre.
Se aleja a toda velocidad, tanto como lo permiten sus piernas. Respira el arire de la noche, que huele a libertad, a zozobra,a mundo desconocido, a deseos de convertirse en otro, a esperanza de encontrar a Olivia, a pequeños roedores de los que alimentarse. A esperanza por estrenar.

(Esta Noche no hay Luna Llena, Care Santos)

Me arrodillé junto al margen del río, formé un cuenco con las manos y bebí hasta saciarme. El agua estaba tan rica que no pude evitar sonreír al recordar las palabras que una vez me dijo Eliseo:
- Nunca bebas de las aguas encantadas de Arroyo Negro, niña, porque te ocurrirán cosas horrible.

(Olivia y Eliseo, Esta Noche no hay Luna Llena, Care Santos)

¿Por qué siento de pronto ganas de buscar a otros como yo, seres solitarios, y de escapar con ellos, sentir su calor en las noches heladas? ¿Por qué de pronto necesito ser a su lado un solo ser persiguiendo un mismo objetivo?
¿y la soledad? ¿es normal este deseo de estar sola, inmensamente sola? ¿Qué hay más allá de la soledad de los amplios espacios abiertos? ¿No es esa soledad mucho más terrible que cualquier otra? ¿He nacido, acaso, para ser absolutamente libre? ¿Para ecapar de la manada? ¿no es un poco triste siempre la libertad de los seres solitarios?
¿Por qué cuando miro la luna solo acuden preguntas a mi mente? ¿Quién soy? ¿En qué me estoy convirtiendo? ¿Cuál es mi lugar y mi destino? ¿Quién va a compartirlo conmigo, cuando llegue?
¿Qué sienten los lobos cuando miran a los seres humanos?

Olivia, (Esta Noche no hay Luna Llena, Care Santos)





CAROLINA ANDÚJAR

- Buenas noches, cura -dije a las espaldas del pobre hombre que había sido el primero al que había visitado después de haber sido atacado.
- ¡Jesús, María y José! -exclamó él, dándose la vuelta en el aire mientras yo reprimía una carcajada.
-¿Así recibe a un viejo amigo? -le pregunté.

(Vampyr, Carolina Andújar)




CAROLINA LOZANO

Pese a que lo intento, no puedo esperar a que el instituto se vacíe para dar rienda suelta a mi furia. Me encamino al pasillo del segundo piso, donde sé que podré encontrar a Liadan un lunes por la mañana, si es que es valiente y temeraria como para acudir al instituto.

(Álastair, Taibhse, Carolina Lozano)

(...) en nuestra pequeña burbuja podemos ser amigos y descubrir cosas el uno del otro. Ella nunca ha estado muerta, y ya hace demasiado tiempo que yo estuve vivo. Somos dos mundos ajenos que, por razones que no comprendo, han tenido suerte d gozar de un acercamiento. Que seguramente no se repetirá, y por tanto debo aprovechar.

(Álastair, Taibhse, Carolina Lozano)

Y no voy a permitir que me la quiten, porque es mía. No, no voy a dejar que e la quiten y mucho menos si no puedo decirle antes que la amo, que ella es mi existencia.

(Álastair, Taibhse, Carolina Lozano)

Y me siento orgulloso de Liadan, como si fuera un tesoro de mi propiedad. Tal como Caitlin ha dicho es mi chica. Mía, y de nadie...

(Álastair, Taibhse, Carolina Lozano)





CARRIE RYAN

Mi madre solía contarme historias sobre como, mucho antes del Regreso, las personas se preguntaban qué ocurría después de la muerte. Me decía que religiones enteras nacieron y se desarrollaron alrededor de esta sencilla incertidumbre.
Ahora que sabemos qué pasa después de la muerte, ha surgido una nueva pregunta que sustituye a la anterior: ¿por qué?

(Mary, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)

Lo único que conocemos más allá de nuestro pueblo es el Bosque, y no conocemos absolutamente nada más allá del Bosque.

(Mary, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)

El camino está prohibido para todo el mundo: los aldeanos, las Hermanas, los Guardianes. Nunca jamás he visto abierta esta puerta, nunca jamás he visto a nadie emplear este camino.
Alguien del Exterior ha entrado en nuestro pueblo.
Lo que significa que existe un Exterior: algo más allá del Bosque.

(Mary, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)

- Crees que deseas sentir amor, Mary. Crees que el amor es ese bello don que no hace nada más que llenarte y hacerte sentir pletórica. Pero te equivocas. El amor puede ser cruel y horrible. Puede volverse oscuro y ocasionar el dolor más profundo.

(Hermana Tabitha, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)

Existe un mundo allá fuera, donde termina el nuestro. Y ahora formamos parte de ese mundo. Es aterrador y magnífico a la vez.

(Mary, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)

- Cass -susurro. El agua me resbala por la cara y se me mete en la boca-. Ya estamos muertos. Estamos rodeados de muerte todos los días. Y nos arrastramos por nuestras vidas igual que ellos se arrastran por las suyas. Es inevitable que la muerte invada nuestras vida en algún momento, igual que invadió nuestro pueblo esta mañana. No formamos parte de ningún ciclo vital, Cass.

(Mary, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)

- ¿Y si nos mintieron? -pregunta Travis con voz serena y comedida. Nos mira uno por uno-. Es evidente que nos mintieron acerca del camino. Los Guardianes iban dejando provisiones por el sendero a pesar de que siempre nos decían que no se podía entrar en él. Que nadie podía hacerlo. ¿Y si resulta que el Bosque sí tiene un final?

(Travis, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)

Pienso en Travis y en Harry y en este camino interminable, y me doy cuenta de que algunas veces la muerte llega antes de que uno se lo espere. Muy pocas veces estamos preparados para que nuestros amigos, nuestros familiares y seres queridos mueran, pero jamás estamos preparados para nuestra propia muerte. Nunca estamos preparados para reconciliarnos con nuestros propios reproches.

(Mary, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)

Pero sus ojos no desprenden miedo. Y nadie vive sin ese miedo después del Regreso. Es el miedo de la muerte siempre rondando a tu alrededor. Siempre necesitada de ti, siempre suplicándote.

(Mary, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)

- No os abandonaré -le digo.
- Lo sé -dice Travis.
- No ha sonado como si me creyeras -contesto.
- Lo sé -responde-. Pero sí te creo.

(Travis y Mary, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)

- No somos Noé, no somos Moises. No somos profetas. ¿Por qué nosotros? Y así fue como empecé a preguntarme por qué las Hermanas nos enseñaban que nosotros éramos los únicos que quedaban vivos. Que la alambrada marcaba el final del mundo. Y entonces me acostumbré a subir a la torre.

(Travis, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)

- Debes comprender que Harry siempre te ha querido. Que haría lo que fuera por ti.
- No estoy segura de que eso sea suficiente -le digo.
Las comisuras de sus labios se tuercen como si estuviera a punto de esbozar una sonrisa.
- Y yo no estoy seguro de que ninguno de nosotros dos sea suficiente para ti, Mary -responde.

(Travis y Mary, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)

- Pero ¿y si somos las últimas personas vivas? -pregunta-. ¿Y si somos todo lo que queda en el mundo? Si nos abandonas, no solo estarás condenándonos a nosotros, sino a toda la humanidad.
- Si somos todo lo que queda -le contesto-, a lo mejor nuestro objetivo no era sobrevivir. A lo mejor no hemos hecho más que posponer lo inevitable al quedarnos atrapados en nuestra aldea.

(Harry y Mary, Buscaré el Océano, Carrie Ryan)





CASSANDRA CLARE


Alec fue el primero en hablar.
- ¿Qué es esto? -exigió, pasando la mirada de Clary a sus compañeros, como si ellos debieran saber qué hacía ella allí.
- Es una chica -dijo Jace, recuperando la serenidad-. Seguramente habrás visto chicas antes, Alec. Tu hermana Isabelle es una.

(Alec y Jace, Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso, Cassandra Clare)

- ¿Cómo supiste que tenía sangre de cazador de sombras? ¿Había algún modo de que pudieras darte cuenta?
(...)
- Lo imaginé.
- ¿Lo imaginaste? Debiste de haber estado muy seguro, teniendo en cuenta que podías haberme matado.
(...)
- Estaba un noventa por ciento seguro.
- Comprendo -dijo Clary.
Algo en su voz hizo que él se volviera para mirarla. La mano de Clary restalló contra su cara en un bofetón que lo balanceó hacia atrás sobre los talones. Se llevó la mano a la mejilla, más sorprendido que dolorido.
- ¿A qué diablos viene eso?
- El otro diez por ciento -contestó ella, y descendieron el resto del trayecto hasta la calle en silencio.

(Jace y Clary, Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso, Cassandra Clare)

- Esas chicas del otro extremo del cagón te están mirando.
Jace adoptó un aire de sosegada complacencia.
- Por supuesto que lo hacen -dijo-. Soy increíblemente atractivo.
- ¿No has oído nunca que la modestia es una característica atrayente?
- Sólo de personas feas -le confió él-. Puede que los mansos hereden la tierra, pero por el momento, pertenece a los presuntuosos. Como yo.
Guiñó un ojo a las muchachas, que rieron nerviosamente y se ocultaron tras sus cabellos.

(Jace y Clary, Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso, Cassandra Clare)

- Con todo, creo que podríamos intentar hablar con ella. ¿Qué podemos perder?
- Una vez que hayas pasado un poco más tiempo en nuestro mundo -afirmó Jace-, no me lo volverás a preguntar.

(Jace y Clary, Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso, Cassandra Clare)

- Sí, bueno, supongo que era demasiado pedir que te molestaras en llamarme y decirme que te habías liado con un rubiales teñido medio gótico que probablemente conociste en el Pandemónium. -Simon remarcó agriamente-. Me he pasado los tres últimos días preguntándome si estarías muerta.
- No me he liado con nadie -dijo ella, dando gracias de que estuviera oscuro mientras enrojecía violentamente.
- Y soy rubio natural -indicó Jace-. Sólo para que conste.

(Simon, Jace y Clary, Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso, Cassandra Clare)

Había una fecha grabada en la base, 1234, y unas palabras alrededor de ella: NEPHILIM: FACILIS DESCENSOS AVERNI.
(...)
- Y ése es el lema de los nefilim, de los cazadores de sombras, ahí en la base.
- ¿Qué significa?
La amplia sonrisa de Jace fue un destello blanco en la oscuridad.
- Significa: Cazadores de sombras. Les sienta mejor el negro que a las viudas de nuestros enemigos desde 1234.
- Jace...
<<Significa -dijo Jeremiah-: El descenso al infierno es fácil.>>
- Bonito y optimista -indicó Clary, pero un escalofrío le recorrió la piel a pesar del calor.

(Simon, Jace y Clary, Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso, Cassandra Clare)

- Es Simon. Ha desaparecido.
- Ah -exclamó Magnus, con delicadeza-, ¿le ha desaparecido qué exactamente?
- Desaparecido -repitió Jace-, se ha ido, ausente, no está presente, desvanecido.
- Quizá ha ido a esconderse en alguna parte -sugirió Magnus-. No puede resultar fácil acostumbrarse a ser una rata, en especial para alguien tan estúpido para empezar.
- Simon n es estúpido -protestó Clary airadamente.
- Es cierto -coincidió Jace-. Simplemente parece estúpido. En realidad tiene una inteligencia más bien normal.

(Magnus, Jace y Clary, Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso, Cassandra Clare)

Alec se movió, a una velocidad cegadora, y un segundo chasquido resonó en la cabeza de Clary. La había empujado con tal fuerza que la parte posterior del cráneo había golpeado contra la pared. El rostro de Alec estaba a centímetros del de ella, los ojos enormes y negros.
- Que no se te ocurra jamás -susurró, con la boca convertida en una línea pálida-, jamás decirle nada o te mataré. Lo juro por el Ángel, te mataré.

(Alec, Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso, Cassandra Clare)

- Conoces la espada y conoces la daga -respondí-. Y sabes quién soy. Si quieres dirigirte a mí, usa mi nombre.

(Luke, Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso, Cassandra Clare)

—Siempre hay que tener cuidado con los libros —replicó Tessa—, y con lo que contienen, porque las palabras tienen el poder de cambiarnos.
—No estoy seguro de que ningún libro me haya cambiado —comentó Will—. Bueno, está este que promete enseñarte a convertirte en todo un rebaño de ovejas...
—Solo los débiles de espíritu se niegan a dejarse influir por la literatura y la poseía —dijo Tessa, decidida a no permitirle salirse de la conversación.

(Will y Tessa, Cazadores de Sombras. Los Orígenes: Ángel Mecánico, Cassandra Clare)

—En cuanto a la temperatura del infierno, señorita Gray —comentó él—, déjeme que le dé un consejo. El atractivo joven que está tratando de rescatarla de un terrible destino nunca se equivoca. Ni siquiera si dice que el cielo es lila y que está plagado de erizos.

(Will, Cazadores de Sombras. Los Orígenes: Ángel Mecánico, Cassandra Clare)

Él tenía esa expresión que a ella le resultaba tan extraña e irresistible; esa diversión que no parecía ir más allá de ala superficie de sus rasgos, como si todo en el mundo le resultara al mismo tiempo infinitamente divertido e infinitamente trágico.

(Cazadores de Sombras. Los Orígenes: Ángel Mecánico, Cassandra Clare)

Había algo en la manera en que Jem miraba, pensó Tessa. Como si viera dentro y más allá de los demás. Pero nada en el interior, nada que viera o oyera, podía molestarlo, inquietarlo o decepcionarlo.

(Cazadores de Sombras. Los Orígenes: Ángel Mecánico, Cassandra Clare)

—¿Sueles meterte en la alcobas de los caballeros en mitad de la noche? —dijo Will—. Si lo hubiera sabido, me habría esforzado más para que Charlotte dejara que te quedaras.
—No veo por qué lo que yo haga puede ser de tu incumbencia —replicó Tessa—. Sobre todo desde que me abandonaste en medio del pasillo y me dejaste sola para que encontrara el camino de regreso a mi dormitorio.
—¿Y en vez de eso encontraste el camino al dormitorio de Jem?

(Will y Tessa, Cazadores de Sombras. Los Orígenes: Ángel Mecánico, Cassandra Clare)

—¿Así que nunca te enfadas con él?
Jem rió en voz alta.
—Yo no diría eso. A veces me gustaría estrangularlo.
—¿Y cómo puedes contenerte?
—¿Me voy a mi lugar favorito de Londres —contestó Jem—, y miro el agua, y pienso en la continuidad de la vida, y en cómo el río fluye, sin importarle las insignificantes preocupaciones de nuestras vidas.
Tessa estaba fascinada.
—¿Funciona?
—No, pero después de eso pienso en que podría matarlo mientras duerme si realmente quisiera hacerlo, y entónces me siento mucho mejor.

(Jem y Tessa, Cazadores de Sombras. Los Orígenes: Ángel Mecánico, Cassandra Clare)

—Eso sí que es de emprendedor —Will parecía casi impresionado.
Nate sonrió. Tessa le lanzó una mirada furiosa.
—No te vanaglories. Cuando Will dice "emprendedor" quiere decir "moralmente deficiente".
—No, quiero decir emprendedor —réplico Will—; cuando quiero decir que algo es moralmente deficiente, digo: "Vaya, eso es algo que yo hubiera hecho".

(Cazadores de Sombras. Los Orígenes: Ángel Mecánico, Cassandra Clare)

—No es más que eso. Me cuesta explicarlo, pero… odia a los nefilim. Es algo muy personal. Y tiene algo que ver con ese reloj. Es…, es como si deseara que le recompensaran por algo malo que le han hecho.
—Compensación —dijo Jem de repente mientras dejaba la pluma que tenía en la mano.
Will lo miró confuso.
—¿Es un juego? ¿Soltamos la primera palabra que se nos ocurra? En ese caso, la mía es "genufobia". Significa un miedo irracional a las rodillas.

(Will y Jem, Cazadores de Sombras. Los Orígenes: Príncipe Mecánico, Cassandra Clare)

Will era hermoso, pero no era suyo; no era de nadie. Tenía algo roto en su interior, y por esa grieta se derramaba una crueldad ciega, una necesidad de herir y de distanciarse

(Tessa, Cazadores de Sombras. Los Orígenes: Príncipe Mecánico, Cassandra Clare)

Cuando cerró los ojos, vio el rostro de Jem, luego el de Will, con la mano sobre la boca ensangrentada. Ambos ocupaban su mente hasta que se quedó dormida, no muy segura de si estaba soñando que besaba al uno o al otro.

(Cazadores de Sombras. Los Orígenes: Príncipe Mecánico, Cassandra Clare)

—No —replicó él, con algo de desesperación en la voz—. Lo cierto es que estaba buscando lo contrario, algo que hiciera dejar de estar enamorado.
—¿Un filtro de odio? —Molly parecía divertirse.
—Esperaba algo similar a la indiferencia. ¿Tolerancia?
Ella soltó un resoplido burlón, sorprendentemente humano para un fantasma.
—No es que me guste decirte esto, nefelim, pero si quieres que una chica te odie, hay maneras más fáciles de conseguirlo. No necesitas mi ayuda con la pobrecita.
Y entonces se desvaneció, mezclada con la niebla que se alzaba de entre las tumbas. Will suspiró al verla desaparecer.
—No es para ella —dijo en voz baja, aunque no había nadie para oírlo—, sino para mí…—Y apoyó la cabeza sobre la fría verja de hierro

(Will y Molly, Cazadores de Sombras. Los Orígenes: Príncipe Mecánico, Cassandra Clare)





CAT PATRICK

- ¿Dónde están mis notas?
¿Las habrá movido mi madre? ¿Las habrá guardado?
No, ella no lo haría. ¿O sí? Me pongo de pie y me apresuro hacia el otro lado de la habitación.
(...)
¿Las he puesto en algún lugar?
¿Dónde las puedo haber puesto?
¿Dónde las tenía la última vez?
Inspiro con fuerza casi antes de darme cuenta de lo que ha pasado.
Sé dónde están mis notas.
Están exactamente donde las he dejado.
Exactamente donde las estaba leyendo antes de que Luke viniera a buscarme esta noche.
Exactamente donde he mandado a Luke a esperarme.
Están en la cocina.
- ¿Luke! -grito, y salgo a toda prisa de mi habitación y bajo las escaleras, como si esto fuera a producir alguna diferencia-. ¡Luke! -grito de nuevo en vano.

(London, Forgotten, Cat Patrick)

Así que no tengo amigos. Y, sí, aparentemente he sido engañada por un chico guapísimo y maravilloso. Vivo con una madre de la que no me puedo fiar y temo el peor tipo de angustia posible: la muerte de un hijo.

(London, Forgotten, Cat Patrick)






CATE TIERNAN

- Yo no siempre he sido dulce y luminosa -dijo River levantándose-. Hubo un tiempo en que era... verdaderamente oscura -miró hacia otro lado, como sopesando si había dicho demasiado-. Bien; y ahora, los nabos nos reclaman.
(...)
La miré, incapaz de procesar todo lo que me acababa de decir. En los últimos diez minutos, aquella mujer había dejado al descubierto mi verdadera esencia, había abierto mi pecho de par en par para dejar expuesto el cadáver putrefacto que había dentro de mí. Estaba flipando.
Flipando... y hambrienta. Trabajar durante horas bajo el frío, el sol y el viento había aguzado mi apetito, y estaba muerta de hambre.
- Venga -insitió River tendiéndome la mano-. Puedes flipar tranquilamente mientras comes. Me han dicho que hay tarta de manzana de postre para todos los que nos terminemos nuestra ración de nabos.
Joder. Me tenía calada. Calada.

(River y Nastasya, Amor Inmortal, Cate Tiernan)

- Gracias por acercarme -me forcé a decir, sin mirarle.
- Volveré a las cuatro -repuso-. ¿Sabes...? -se interrumpió, apretando los labios.
Le devolví la mirada con cautela.
- ¿Qué?
- Nada -sacudió la cabeza, con ojos clavados en el parabrisas. Me di la vuelta para marcharme, y entonces añadió-: Es tu pelo. Estás empezando a tener un parecido sospechoso con una mofeta.
(...)
Echando llamas por los ojos, me miré en el espejo retrovisor del camión. (...) Las raíces me habían crecido bastante, y no había vuelto a teñirme de negro. Así que, efectivamente, una línea de un rubio blanquecino me cruzaba la cabeza de delante atrás. Muy atractivo.
Perstañeé y meneé la cabeza.
- Justo cuando pensaba que ya no podía ir a peor... -murmuré.
- Siempre se puede ir a peor.
¿Eso que notaba en su voz era amargura?

(Reyn y Nastasya, Amor Inmortal, Cate Tiernan)

- ¿De verdad te parezco el tipo de chica que adora los perritos?
(...)
- No -dijo por fin-. Ni perritos, ni gatitos, ni bebés. Pero no tienes por qué renunciar a eso, ¿sabes?
(...)
- La mayoría de nosotros tenemos dudas respecto a eso -dijo, su voz sueve resonando por el pasillo en penumbra-. Somos reacios a tener amantes, niños, caballos... incluso hogares. Porque hemos perdido demasiados. Pero renunciar a todo eso significa que el tiempo ha ganado, que el tiempo te ha vendico. Yo creo... Puede que esté preparado para luchar contra el tiempo otra vez. Tal vez tenga fuerzas para intentarlo.

(Reyn y Nastasya, Oscuridad Inmortal, Cate Tiernan)

Así que yo era la persona más desconfiada del mundo, y él, la más infeliz.
Pues vaya par estábamos hechos.

(Nastasya, Oscuridad Inmortal, Cate Tiernan)

- Si no puedes enfrentarte a tus sentimientos, a todos, nunca serás lo suficientemente fuerte para liberarte de tu pasado.

(Reyn, Oscuridad Inmortal, Cate Tiernan)

- Lo que pensamos es que estás un poco flipado contigo mismo, la verdad -dije-. Venga ya: ¿tú, perverso? Lo más perverso que te he visto hacer fue combinar unas sandalias de hippy con aquel traje maravilloso de piel detiburón. ¿Y loco? -me di unos golpecitos en la barbilla con un dedo como si hiciera memoria-. Bueno, sí. Eso sí cuela. No comes fruta porque no te gusta, y eso es algo que a todo el mundo le gusta. Te he visto chupar el chocolate de un fresa y dejar la fresa. Por Dios, si viviste en la Polinesia francesa, la tierra de la fruta más suculenta, y comías... yo que sé, cheetos. Vale, eso sugiere que te patina un poco la neurona, pero de ahí a montar esta escenita... -levanté las manos en un gesto de perplejidad-. No sé, Incy. Tú mismo.

(Nastasya, Oscuridad Inmortal, Cate Tiernan)

Si, bueno, claro: porque yo siempre la fasitidiaba. En eso nunca fallaba; siempre encontraba la maenra de clavar un cuchillo en mi propia espalda. Tenía miedo de ser feliz porque nadie puede se feliz para siempre,y yo no podía soportar el miedo a la pérdida que inevitablemente tendría que afrontar

(Nastasya, Oscuridad Inmortal, Cate Tiernan)

Y he aquí un reflexión, señoras y señores: sin duda, todo el mundo atraviesa momentos difíciles en los quese siente agobiado o lleno de inseguiridad. Me había tirado más de cuatrocientos años lamentándome por lo duro que era ser inmortal, sin darme cuenta de que, eterna o no, la vida podía ser a veces un auténtica putada. Para todo el mundo.

(Nastasya, Oscuridad Inmortal, Cate Tiernan)

Levanta la mana si alguna vez en tu vida:
Has tirado comida, helado o algún líquido delante (o encima) de alguien.
Has visto en tu ropa una mancha enorme con pinta de llevar ahí todo el día, tan escandalosa que la gente ha tenido que verla pero nadie te ha dicho nada (suma puntos extra si la mancha tiene relación con un acontecimiento femenino de carácter cíclico).
Te has dado cuenta después de una cena íntima de que tenías una miga enorme en el labio, y de que tu acompañante se ha pasado toda la comida lanzándote indirectas al respecto que tú no has pillado.
Has pronunciado mal una palabra sencilla delante de un montón de gente.
Podría seguir, pero creo que la cosa queda clara. A lo que me refiero es a que ese tipo de cosas le pasan a todo el mundo. ¿Verdad que aún se te suben los colores al acordarte de alguna escena así?
Bueno, pues madura de una vez. Ya está bien de lloriquear. mientras te recreas en tus propias miserias.
Cuando hayas salido huyendo de personas que solo tratan de ayudarte, para volver con un antiguo amigo del que todo el mundo, empezando por ti misma, sabe que no puede traerte nada bueno; cuando te hayas largado con él a pesar de que es obvio que se le ha ido la olla; cuando lo hayas visto caer en una crisis nerviosa que, a diferencia de la mayoría de crisis nerviosas, no hace que se ponga a bailar desnudo en una fuente pública, sino que implica el uso de una magia oscura y aterradora con secuestros, descuartizamientos y asesinatos... Bueno, cuando hayas hecho todo eso y luego hayas tenido las santas narices de volver con esa gente que solo trata de ayudarte, llámame y hablamos. Pero hasta que te veas en algo así, no me vengas con chorraditas, ¿quieres?

(Nastasya, Luz Inmortal, Cate Tiernan)

- ¿Ottavio? ¿Aquí?
- Pues sí. Y ya me odia, a pesar de que acaba de llegar. ¡Normalmente, la gente no empieza a odiarme hasta que no abro la boca!
- Ya -repuso Anne, pensativa-. Curioso. Muy curioso.
Y tanto.

(Nastasya y Anne, Luz Inmortal, Cate Tiernan)

- Si River me pide que conteste tus preguntas de metomentodo -continué sin darle tiempo a hacerlo-, lo haré. Pero solo cuando ella me lo pida. Hasta entonces, Ott... ¿puedo llamarte Ott, así, en confianza? Hasta entonces, Ott, por mí como si revientas.

(Nastasya, Luz Inmortal, Cate Tiernan)

Lenta y deliberadamente, Reyn pasó un brazo sobre mis hombros y lo apoyó en el respaldo. Me dio un beso rápido en los labios y, justo cuando me estaba preparando para saltar sobre él como una piraña, tanteó bajo el asiento y sacó... una espada. De debajo del asiento. Lo juro: un puñetera espada.
Me quedé boquiabierta mientras Reyn comprobaba el filo con el pulgar. ¡O sea que no iba en broma! ¡Tenía un espada de verdad en el coche! ¡Una es-pa-da! Me miró con calma mientras la empuñaba y comprobaba su peso.

(Nastasya, Luz Inmortal, Cate Tiernan)

- Yo no puedo evitar ser quien soy -señalé-. A ver, ¿qué crees que debería hacer? ¿Esconderme? -me di unos golpecitos con el dedo en la barbilla-. ¡Si pudiera encontrar un lugar seguro, alejado de todo, donde refugiarme rodeada de inmortales poderosos y quizá, no sé, aprender a protegerme a mí misma y...! ¡Ah, espera! -miré a Solis con los ojos muy abiertos por la emoción-. ¡Oh, Díos mío, si estoy exactamente en ese lugar! ¡Resulta que estoy haciendo lo que tú crees que debería hacer! Increíble, ¿no te parece?

(Nastasya, Luz Inmortal, Cate Tiernan)

- Y hablando de tíos buenos, ¿hay algo que quieras compartir sobre nuestro querido y mono silábico Reyn?
Está buenísimo, quiero saltarle al cuello, no entiendo nada, tengo miedo...
- No es monosilábico -respondí-. <<Idiota>> tiene tres sílabas, y es una palabra que me dice a menudo.

(Nastasya y Brynne, Luz Inmortal, Cate Tiernan)

-No lo entiendes.
- Ya, claro. Como yo nunca he hecho nada de lo que tenga que arrepentirme... -sus ojos dorados me dedicaron una mirada abrasadora-. Pues ayúdame a entenderlo -dije-. Y ya que te pones, no dejes que tu perra mastique mi calcetín.
- ¿Cómo puedo hacer eso? -dijo con tono de frustración.
- Quitándoselo de la boca.
- No -pude oír el <<idiota>> implícito-. Me refiero a cómo puedo hacer que lo entiendas.

(Reyn y Nastasya, Luz Inmortal, Cate Tiernan)

Y eso fue todo: mi gran confesión, su gran revelación. Y la certeza de que había alguien peligroso entre nosotros.

(Nastasya, Luz Inmortal, Cate Tiernan)

- Quizá no tengas el profesor adecuado -dijo una voz queda desde el borde del patio.
Los dos nos dimos la vuelta y vimos cómo Joshua daba un paso al frente, empuñando una espada.
- A él ya le cuesta bastante -dije haciendo un gesto hacia Reyn-, y eso que le gusto. Tú no tienes ninguna probabilidad de completar una clase entera con Nastasya.
- Quizá lo único que quiere es fardar -dijo Reyn en tono monocorde.
- Quizá eso es justo lo que a ti no te apetece que haga -replicó Joshua.

(Rey, Joshua y Nastasya, Luz Inmortal, Cate Tiernan)





CELIA TERRONES


- Normal- murmuré, aunque quise decirle mucho más. <<Normal, como los últimos meses , tú casi me ignoras. Daisy se burló de mí, Lara hablo mal de ti y yo me siento cada vez más sola a tu lado...>>

(Nina, Otra Oportunidad, Celia Terrones)

Una parte de mí gritaba que eso no era suficiente, pues yo estaba herida muy en el fondo.
Yo lo quería, por eso dolía tanto.
¿Y si pudiera hacer que él dijera lo contrario?
Que admitiera que me quería, que sentía algo por mí, lo que fuera, solo lo justo para que yo pudiera lastimarlo igual a como él me había lastimado.

(Nina, Otra Oportunidad, Celia Terrones)

Zack Dawson había cambiado desde la última vez que lo vi, parecía más alto, más adulto y mucho más guapo también, aunque él siempre había hecho honor al termino "el hermano bueno de mi mejor amiga".

(Nina, Otra Oportunidad, Celia Terrones)

Quería odiarlo, de verdad que sí, por ser tan, tan, tan perfecto. Pero era demasiado pedir que tuviera la suerte de tener el controlde mis sentimientos, así que en vez de odiarlo llevaba queriendo a Zack Dawson desde que se presentó en primero.

(Cinthia, Razonable, Celia Terrones)

Después de dos toques Justin abrió con una sonrisa de lado y el torso desnudo, parpadeé y sí, miré aquel cuerpofinamente delineado con músculos perfectos, repasé todo hasta llegar a la cintura de sus vaqueros.
- Deja de mirarme o yo querré una vista igual- murmuró recargándose en el marco de la puerta, le ordé los ojos y él se rió.

(Justin, Razonable, Celia Terrones)

- ¿Qué haces?
- Estoy cenando con Adam, celebramos que gané el concurso de fotografía.
- Felicidades Nina, aunque deduzco que atu novio no le hará gustado la llamada.
- He descubierto que los celos tienen ventajas con la persona correcta.
- Yo no les veo ninguna.
- Me he perdido Zack, ¿por quién sientes celos?

(Zack y Nina, Razonable, Celia Terrones)

Mi mente comenzó a divagar.
¿Qué estaría haciendo él, en este precioso momento?
¿Nos recordaría?
¿Me recordaría?

(Sofía, Sólo Tú, Celia Terrones)

-Solo hay una forma de averiguarlo-, dijo Saul mientras me miraba con una sonrisa traviesa.
-No vas a decirle nada sobre el beso, pero si él pregunta le diré que solo estaba esperando un paso de tu parte para ir a hablar con tus papás-, terminó mientras yo los miraba alternativamente.
-Vamos a averiguar si son celos de hermano mayor o no-, concluyó Michael
De pronto mis mejores amigos se habían convertido en una loca y mala versión de cupido.

(Michael y Saúl, Sólo Tú, Celia Terrones)

A veces lo imposible puede ser lo mejor del mundo

(Michael, Sólo Tú, Celia Terrones)

-¿Qué pasa ratón?, estas muy tensa -comenzó mientras yo le respondía la mirada con una mueca.
Él se inclinó un poco más.
-¿Por qué estás tan nerviosa?, parece que hubieras echo algo malo -terminó mientras se volvía a acostar en el sofá.
Abrí mi libreta y sujeté la pluma, pero no pude evitar contestar.
-No hice nada malo -le aseguré sin mirarlo.
-Eso depende de a quien le preguntes -replicó y yo bufé, tratando de concentrarme en mi tarea.

(Justin y Sofía, Sólo Tú, Celia Terrones)

-Tendrás una cita con Saúl-, anunció mientras yo fruncía el ceño.
-¿En serio?, ¡Que emoción!-, dije en el mismo tono de voz que el usaba.
-Tu solo síguenos el juego, estaré por la tarde en la casa y me quedare con Justin cuando ustedes dos se vayan, veré su reacción-, sonaba demasiado divertido con la situación para mi gusto.
-Supongo que no puedo negarme-, dije solo por molestar y May se rió
-No

(Michael y Sofía, Sólo Tú, Celia Terrones)

-¿Te diviertes jugado con las personas?, ¡Dímelo!, ¿Es divertido? -decía Justin mientras Saúl parecía decidir si seguir discutiendo o simplemente dejar que se calmara.
Finalmente lo soltó.
-Contéstame Saúl -gritó Justin mientras este se subía al auto-. Maldita sea, eres un cobarde, no te le vuelvas a acercar, ¿me oyes?, no jugarás con ella, no lo harás -Justin dio otro golpe a la puerta del conductor antes de que Saúl arrancara.

(Justin, Sólo Tú, Celia Terrones)

-Sofí-, susurro besándome de nuevo mientras una de sus manos delineaba mi pecho izquierdo, la sensación de su palma rodeándolo fue indescriptible, calor y frio entremezclados, deseo, necesidad e incertidumbre, también dije su nombre y él bajó de nuevo su boca hasta llegar a mi clavícula, un poco más, besando el pequeño tramo de piel que habían dejado los dos botones de mi blusa que se habían desabrochado.

(Justin, Sólo Tú, Celia Terrones)






CÉSAR MALLORQUÍ

Estoy muerto, lo sé; tan muerto como Mario. Sigo respirando, me muevo, como, duermo, hablo, escribo, pero soy un cadáver que se niega a aceptar lo inevitable y finge vivir una vida ficticia, como un fantasma.

Óscar, (La estrategia del Parásito, César Mallorquí)

El texto, firmado por Mario, llevaba la fecha del día anterior al accidente. Releí la carta un par de veces y me quedé pensativo. Nada de lo que ponía en aquel papel parecía tener sentido, salvo una cosa: Mario temía que pudiera pasarle algo. Y ahora estaba muerto.

Óscar, (La estrategia del Parásito, César Mallorquí)

- mario me habló de ti -volvió a interrumpirme.
- ¿Qué?
- ¿un par de días antes del accidente, vino a verme y me pidió que, si te ponías en contacto conmigo, te ayudara.
- ¿Que me ayudarás? ¿A qué?
Se encogió de hombros.
- No lo sé. Dímelo tú, que me estabas buscando.

Óscar y Judit, (La estrategia del Parásito, César Mallorquí)

- ¿Todo eso te lo ha contado el tío de secretaría? -pregunté.
- Sí.
- Pero... ¿cómo lo has conseguido?
- Al llegar, me he inclinado hacia delante y le he dejado que me echara un vistazo a las tetas -respondió mientras se abrochaba la blusa-. Los hombres sois idiotas -añadió.

Óscar y Judit, (La estrategia del Parásito, César Mallorquí)

- ¿A Mario le iba el porno?
- Tanto como a ti.
- Pues entonces, mucho -repuse sonriente.
Judit se me quedó mirando muy seria, con una ceja alzada.
- Era broma -aclaré, sonrojándome.

Óscar y Judit, (La estrategia del Parásito, César Mallorquí)

Tenía razón: debíamos ser cuidadosos. Y, en efectom sonaba paranoico; pero a veces la paranoia es la única estrategia de supervivencia.

Óscar, (La estrategia del Parásito, César Mallorquí)

Ni siquiera sabíamos a ciencia cierta a qué a quién nos enfrentábamos, pero estaba claro que la capacidad de control y manipulación de nuestro enemigo era portentosa. Eso por no mencinar los escasos escrúpulos que demostraba a la hora de cargarse a la gente.

Óscar, (La estrategia del Parásito, César Mallorquí)

- Están muertos... -musité.
- Es lo que suele pasar cuando te pegan un tiro. Pero mejor ellos que tú, ¿no?

Black-Cat y Óscar, (La estrategia del Parásito, César Mallorquí)

Miyazaki no es, al menos de momento, un virus mortal. Es un parásito. Y, como todo parásito, para vivir necesita que su huésped permanezca vivo. Pero, al mismo tiempo, sabe que si el huésped descubre su existencia, lo extirpará. ¿Cómo resuelve Miyazaki el problema?

Black-Cat, (La estrategia del Parásito, César Mallorquí)




CHRISTINA DODD

Andra aferró la manecilla de la puerta trampilla y tiró. No se movió. Tironeó con más empeño.
La trampilla continuó en su sitio. la mujer volvió la vista atrás y vio que Hadden avanzaba y la acechaba sin piedad. Desesperada, dio un último tirón..., y la manecilla se salió. trastabilló hacia atrás y la manta escocesa nupcial flotó sobre su cabeza.
Hadden la envolvió con el tartán, la estrechó entre sus brazos y susurró con voz grave:
- Ríndete, cariño, tus leales criadas nos han encerrado con llave.

Hadden, Cuatro Novias: La Manta Escocesa, Christina Dodd)




CLAUDIA GRAY


- ¿Sabes?, mientras tú te dedicas a hacértelo con Balthazar, y Raquel se queda encerrada con sus proyectos artísticos, y Ranulf está otra vez estudiando sus viejos mitos nórdicos, yo hago otra cosa. Un disparate. Una excentricidad. Yo lo llamo <<hablar con otras personas>>. Mediante ese milagroso proceso, a veces puedo enterarme de cosas sobre otros dos o tres seres humanos en un solo día. Los científicos se han propuesto estudiar mi método.

(Vic, Adicción, Claudia Gray)

- Nosotros no cambiamos, Bianca. Esa es la tragedia de lo que somos. Eso es parte de lo que entraña estar muerto.

(Balthazar, Adicción, Claudia Gray)

- Todo el mundo se siente solo -dijo Ranulf, y sonrió-. Debemos recordar que la vida hay que vivirla día a día. No podemos preocuparnos ni por el pasado ni por el futuro. La felicidad reside en el presente.

(Ranulf, Adicción, Claudia Gray)

Cuando su boca descendió por mi garganta, siguiendo la línea de la yugular, susurré:
- Vas a conseguir que pierda el control.
- Esa es la idea.
- Lucas... no.
(...)
- Te haré perder el control. -Posó las manos en la curva de mis senos-. ¿Hasta dónde tengo que llegar?

(Lucas y Bianca, Despedida, Claudia Gray)

- ¿Seguro que no sabes qué está tramando?
Con voz trémula, Balthazar consiguió pronunciar la palabra:
- N... no.
- Tal vez te crea -dijo Kate-. Pero me trae sin cuidado.
Le disparó otro chorro de agua bendita y Balthazar volvió a gritar. Sentí su grito como un baño de ácido. Resbalé hasta el suelo y me llevé las rodillas al pecho.
- Eh, Lucas, tu novia está fatal -dijo Milos-. Será mejor que la lleves a que le dé el aire.
Traté de decir <<no>> con la cabeza. La idea de abandonar a Balthazar me horrorizaba aún más que verlo sufrir. Pero Lucas ya estaba junto a mí, levantándome.
- Vamos -murmuó-. Ya has visto suficiente.
- Pero...
- Bianca, por favor.
Balthazar gritó entonces:
- ¡Largo de aquí! ¡Quiero que os larguéis! ¡Todos!

(Balthazar, Kate, Lucas y Bianca, Despedida, Claudia Gray)

Cuando su boca descendió por mi garganta, siguiendo la línea de la yugular, susurré:
- Vas a conseguir que pierda el control.
- Esa es la idea.
- Lucas... no.
(...)
- Te haré perder el control. -Posó las manos en la curva de mis senos-. ¿Hasta dónde tengo que llegar?


(Lucas y Bianca, Despedida, Claudia Gray)

- Para nosotros la muerte es solo el principio. A veces pienso que esta segunda muerte no es más que otra puerta.

(Balthazar, Despedida, Claudia Gray)

Yo no sabía qué podía obtener Balthazar con aquello, pero incluso cuando Lucas le propinó una patada en la mandíbula y lo arrojó al suelo, él no dejó de sonreír como un loco.
Balthazar se echó a reír desde el suelo, se llevó dos dedos a la boca y luego se los apartó para contemplar la sangre.
- Solo un maldito miembro de la  Cruz Negra se rebajaría a darle una patada en la boca a alguien.
- Solo un cadáver medio podrido me lo permitiría.
Lucas pestañeó, como si no se creyera que acababa de hacer un chiste. Al parecer el combate había terminado.

(Balthazar y Lucas, Renacer, Claudia Gray)

De pronto, Vic exclamó:
- ¡Estoy ungido!
(...)
- Llevo agua bendita por todo el cuello. Así pues, aunque se te crucen los cables y me muerdas, cosa que espero que no hagas, te quemarás. Sería como morder un pimiento jalapeño. Por lo tanto yo soy como un pimiento jalapeño. Y tú tendrás que apartarte de inmediato. -Dirigió una mirada a todos los que lo rodeábamos-. ¿Verdad?
- Hummm, ya veremos.
Eso fue todo lo que Patrice alcanzó a decir; los demás nos ahbíamos quedado sin habla.

(Vic, Renacer, Claudia Gray)

- La gente puede hacer cosas por más de un motivo.
- En el caso de la señora Bethany, no es más de un motivo.
- ¿Por qué piensas eso? Bianca, de verdad, ¿tienes alguna razón para desconfiar de ella aparte de que sea un hueso en clase?
Eso me cogió desprevenida.
- La gente a la que ha matado...
- Yo he matado a muchos vampiros -dijo Lucas-. Y ahora me doy cuenta de que también eran personas. ¿Confías en mí?
- Claro. Siempre. -Ahora mi mente iba a toda velocidad. ¿Cuándo había empezado yo a tener miedo a la señora Bethany? ¿Podría decirse que solo se trataba de animadversión juvenil hacia una profesora estricta? Me resultaba difícil creerlo, pero no pude encontrar mejor motivo que el siguiente-: Llámalo intuición, Lucas. No me fío de ella.
- No podemos despreciarla sin más solo por una intuición. No cuando me ofrece...
- ¿Y qué te ofrece aparte de promesas vagas?

(Lucas y Bianca, Renacer, Claudia Gray)

Skye se volvió y se quedó boquiabierta cuando vio a su salvador. Allí, con su marcado perfil recortado en el cielo crepuscular, había otro vampiro, un vampiro que ella conocía.
Susurró su nombre casi sin darse cuenta.
-Balthazar.

(Skye, Balthazar, Claudia Gray)

<<Con humanas, no>>

(Balthazar, Balthazar, Claudia Gray)

- Tápate la cara -dijo Balthazar-. Voy a echar la pared abajo.
- ¿Con qué? -Skye miró alrededor y Balthazar no pudo resistir el impulso de sonreír.
- Conmigo.

(Balthazar y Skye, Balthazar, Claudia Gray)

<<Problema: el chico por el que estuve super colada ha suplantado a nuestro profesor, se pasa un montón de tiempo en mi casa y ya me gusta mil veces más que antes. Además, es un vampiro, lo cual... complica las cosas. ¿Qué hago al respecto?>>
Una sonrisa asomó lentamente a sus labios al darse cuenta de que no todo era malo en el tremendo caos que era su vida.
<<Solución: ligármelo.>>

(Skye, Balthazar, Claudia Gray)

Cuerdas alrededor de las muñecas, sangre corriéndole por los brazos, Balthazar gritando en vano al mirar los nudos que o sujetaban a la viga del techo mientras Redgrave le susurraba al oído <<¿Ya estás listo para someterte a mí?>>
<<No>>, pensó, pero el mundo ya había comenzado a desvanercerse.

(Balthazar, Balthazar, Claudia Gray)

<<Decidamente, babear por una alumna delante del resto de la clase no es profesional>>, se dijo mientras trataba de serenarse.

(Balthazar y Skye, Balthazar, Claudia Gray)

- Hasta que volvamos a vernos, Skye, querría que recordaras una cosa.
- ¿Qué? -preguntó ella sin soltar las riendas.
- Hoy has corrido un grave peligro y Balthazar no ha sido el que te ha salvado.

(Redgrave y Skye, Balthazar, Claudia Gray)

Balthazar la estrechó contra sí. Le clavó los dedos en la piel con tanta fuerza que le dolió, pero ella no gritó hasta que él le hincó los colmillos en el cuello

(Balthazar, Claudia Gray)

Dejó de resistirse. Dejó de recordar por qué quería siquiera resistirse. Puso a Skye boca arriba, la mordió y notó su sangre caliente en la boca. Después, no hubo nada aparte del puro placer animal de alimentarse.
Después, no hubo nada en absoluto.

(Balthazar, Claudia Gray)

Reinaba un silencio extraño, una quietud dentro de él más que fuera, que no comprendía.
(...)
Solo entonces comprendió qué era aquella quietud interior: la ausencia de latidos.

(Balthazar, Claudia Gray)

- Así que te odias tanto que me castigas a mí.
- No fijas que me entiendes.
- Entiendo lo suficiente (...)
- Cuando estás muerto, jamás te deshaces de tu pasado.
- ¿Sabes una cosa? ¡Nadie lo hace!

(Balthazar y Skye, Balthazar, Claudia Gray)

En eso momento Redgrave apareció detrás de Skye y la rodeó por la cintura.
- Solo un amigo -susurró Redgrave mientras retiraba el pelo de la cara de Skye. Ella solo lo miró, tan deseosa de estar con él como antes con Balthazar-. Solo su protector. Pero sueñas con ella, bailando descalza en un prado. Eres patético, Balthazar. Con todos los siglos que han pasado tu imaginación erótica podría haberse vuelto al menos un poco más creativa.

(Redgrave, Balthazar, Claudia Gray)

- ¿Diga?
- Hola, ¿cómo estás? -dijo Redgrave-. ¿Te pillo en mal momento?
Skye se paró en seco.
- ¿Cómo has conseguido este número?
- Está en la información pública de tu perfil de Facebook. Lo cual es una grandísima estupidez, por cierto. Todo el mundo sabe que hay cantidad de maniacos navegando por la red.- Incluso por teléfono, era obvio que sonreía-. En fin, quería saber si ya te has decidido.

(Redgrave y Skye, Balthazar, Claudia Gray)

- Te lo advertí, querida. Tú has tomado tu decisión. Y ahora me toca a mí. -Se aproximó tanto que casi le rozó la mejilla con los labios-. Eres mía.

(Redgrave, Balthazar, Claudia Gray)

Se rió mientras se habría paso entre los bailarines, con más sed de sangre de la que le habría despertado cualquier humano. Por primera vez iba a asesinar a alguien y disfrutar de cada segundo.
(...)
Se metió la mano en el bolsillo trasero del pantalón, donde palpó su navaja de muelle. No le resultaría fácil decapitarlo con ella, pero era imposible entrar un hacha en una discoteca.
Además, si tenía que apretar más para conseguirlo, aún disfrutaría más con ello.

(Balthazar, Claudia Gray)

Se dirigió al maletero mientras Redgrave decía:
- ¿Tú otra vez?
Balthazar sacó una palanca del maletero, se acercó a él con paso decidido y respondió:
- Yo otra vez -justo antes de golpearle con ella en la cada.

(Balthazar y Redgrave, Balthazar, Claudia Gray)

- Sabes... que esto... no nos detendrá. Así que... ¿por qué te molestas?
- Os retrasaré el tiempo suficiente -respondió Balthazar mientras se quitaba de encima a otro vampiro-. Y luego averiguaré si es posible decapitarte arrancándote la cabeza con mis propias manos. Eso no lo he probado. Pero ¿sabes? Seguro que funciona.

(Balthazar y Redgrave, Balthazar, Claudia Gray)

- ¿Todos los vampiros persiguen a Skye? -añadió Craig.
Charity asintió, casi con regocijo, antes de comprender que aquella no era la rección correcta. Entonces se puso seria

(Craig, Balthazar, Claudia Gray)

Charity pareció acorralada; sabía que tenía que dar la impresión de que era una adolescente normal y corriente, pero estaba claro de que no tenía la menor idea de cómo hacerlo. Buscaba algo que decir, y solo Dios sabía con qué podía salir. Antes de que Balthazar pudiera ponerse a hablar para disimular, su hermana soltó:
- Me encanta Justin Bieber.

(Charity, Balthazar, Claudia Gray)

- Nos vamos -dijo Balthazar mientras se levantaba y cogía a Charity del brazo; ella seguía mirando a la señora Tierney con más avidez si cabe, y él trató de transmitirle con la mirada: <<No te comas a las buenas personas>>-. Sky, hasta pronto.

(Balthazar, Balthazar, Claudia Gray)

Que la gente intente alejarse de sus seres queridos cuando los pierde, pero eso es imposible. hay que aferrarse a ellos, a lo mucho que se les ha querido. Porque no perdemos a un ser querido cuando muere. Solo lo perdemos cuando olvidamos cuánto lo quisimos.

(Skye, Balthazar, Claudia Gray)





CRISTINA CAVIEDES

Viernes, 30 de Abril, 00:57.
Creo que todo habría salido bien si no fuese por el pequeño incendio que he provocado en mi dormitorio. La verdad, cuando te explican cómo hacer un hechizo en los libros, también deberían contarte los peligros de las dichosas velas, sobre todo cuando tienes que quemar un papel con el deseo y hay cerca unas cortinas que prenden con tanta facilidad como las de mi cuarto. Se supone que todo tenía que estar orientado hacia el Este y el único lugar factible para ello era bajo la ventana. Estaba tan concentrada y relajada, que no me he dado cuenta de que el agradable calorcillo que sentía se debía a un incendio en toda regla y no a la fuerza de mis vibraciones positivas como pensaba. Mi madre ha entrado alarmada por el olor a quemado y me ha encontrado semidesnuda (era otro requisito absurdo que no termino de comprender), con las fotos en la mano y las cortinas ardiendo, mientras la psicópata de su hija recitaba extraños conjuros con los ojos cerrados. Me van a encerrar. Lo sé.

Sábado, 1 de mayo.
Tras varias horas tratando de convencer a mis padres de que no estoy chiflada (aún no estoy segura de haberlo conseguido) y otras tantas horas de limpiar el desaguisado, he tenido una seria conversación conmigo misma (si estoy como una cabra lo más lógico es que hable sola). El caso es que he decidido que se acabó. Renuncio. Termino con esta obsesión absurda por Pablo para siempre.

Domingo, 2 de mayo.
Creo que voy a necesitar terapia. No dejo de pensar en él.

( Historias de una Gaviota: El Diario, Cristina Caviedes)

- Tú eres como el pecarí. El único sentimiento que puedes provocar en otra persona es pena. Nada más. Por eso te llevé a verlo, para que comprendieses que yo nunca podría amar a alguien como tú... Igual que aquel triste bicho, vives en medio de la inmundicia, sumida en ese permanente olor a cloaca. Nadie querría llevarte a su casa ni compartir nada contigo, sólo eres algo que está ahí porque tiene que estar, pero que apartas del pensamiento en el mismo momento en el que desaparece de tu vista.
(...)
- ¿Sabes que creo? -Preguntó Isabel, obligándole a detenerse-. Creo que tienes miedo. Y no me extraña. Tienes dinero, seguramente un gran éxito, una casa increíble, un coche de lujo... pero a pesar de todo eso vives atormentado con la idea de que la muerte venga a visitarte cualquier día y te encuentre solo... Porque tú siempre estás solo. ¿Yo soy lo más miserable que se ha cruzado en tu vida? Pues imagínate lo que serás tú, que tienes que pagarme para que comparta un solo minuto contigo...

(Antonio e Isabel, Historias de una Gaviota: La Puta, Cristina Caviedes)

- Eres tonto... No vamos a ser nnca buenos amigos si te ríes de mí -le respondió Claudia riendo también-.
- ¿Me consideras un amigo?
- Es sólo una forma de hablar...
- Pero, ¿te gustaría que lo fuésemos?
- Sí... ¿Por qué no?
- Mañana estoy liado todo el día -comenzó David-, pero me gustaría que el domingo vinieses a comer a mi casa.
Claudia le miró pensativa.
- Ni se te ocurra empezar otra vez con el "no sé"... -le dijo él soriente-.
- Está bien, apúntame tu dirección -le pidió ella sacando un bolígrafo de su bolso y acercándole una servilleta-. ¿A qué hora quieres que vaya?
- ¿Te viene bien a las tres?
- Sí...
- Claudia...
- Dime...
- Yo no estoy seguro de querer ser sólo tu amigo -susurró David-.
- Yo tampoco.


(David y Claudia, Jugando con Fuego, Cristina Caviedes)

- ¿Qué me quieren? ¡Cómo se puede querera una persona e intentar cambiarla por otra! -David se movía nervioso de un lado a otro de la habitación y su voz sonaba entrecortada- Es muy típico, ¿sabes? Pasa continuamente... Pero para mí es diferente, si quiero a una persona la quiero con todas sus consecuencias, con lo bueno y con lo malo que pueda tener. Es como cuando te empiezas a encontrar fallos que antes no tenía, lo que antes te gustaba ya no lo soportas y pretendes trasformarla en otro ser distinto que se asemeje más a tus verdaderos gustos, pero el amor ya se ha terminado... No se puede estar enamorado de alguien y pretender cambiarlo, porque si te enamoras es que te gusta esa persona más que ninguna otra y si la cambias ya no será la misma... ¿no lo entiendes? Es una contradicción.
- Pero la gente se equivoca a veces, David, y si una persona a quien quieres está actuando mal, tienes que decírselo.
- Pero si de verdad te importa tienes que dejar que tome sus propias decisiones, que viva su vida y no la que los demás piensan que debe vivir.


(David y Claudia, Jugando con Fuego, Cristina Caviedes)

3 comentarios:

El hada de las palabras dijo...

La que más me gusta es la frase de Balthazar ^^

Besos guapa ;)

Gnomish dijo...

Que razón tiene el 3r fragmento... Debería no rallarme por el pasado!

Un beso!

nosonsololibros dijo...

Me encanta ese libro^^
la primera me encantó cuando la leí por primera vez y me sigueencantando, Vic es genial!!! :)

besos!!!!!!