NAOMI NOVIK
- No es tan fácil. Ya sabes, no somos libres -respondió Laurence-. Soy un oficial del rey y tú eres un dragón del rey. No podemos hacer lo que nos plazca.
- No conozco al rey, y no le pertenezco como si fuera una oveja -contestó Temerario-. Si le pertenezco a alguien, es a ti, y tú a mí. No voy a quedarme en Escocia si tu eres desgraciado allí.
(Laurence y Temerario, El Dragón de su Majestad, Naomi Novik)
- Vamos, ¿por qué esos celos? No te va a molestar que le limpie un poco cuando su cuidador no le atiende.
- Eres mío -dijo con obstinación Temerario. Después de un momento, sin embargo, escondió la cabeza como si estuviera avergonzado y añadió con un hilo de voz-. El sería más fácil de limpiar
- No dejaría un centímetro de tu piel sin limpiar aunque tuvieras dos veces el tamaño De Laetificat*-dijo Laurence-. Pero tal vez vea mañana su alguno de los chicos le gustaría lavarle.
- Oh, eso estaría bien -dijo Temerario animándose-. No termino de comprender porqué no ha acudido un cuidador. Tu nunca te ausentarías tanto tiempo, ¿verdad?
- Nunca, a menos que me retuvieran por la fuerza- dijo Laurence.
*Laetificat es uno de los dragones más grandes
(Laurence y Temerario, El Dragón de su Majestad, Naomi Novik)
NATALIA SANMARTÍN FENOLLERA
—¿Era atractivo?
—Supongo que sí.
—¿Inteligente?
—No de forma excepcional. —La señorita Prim pensó fugazmente en el hombre del sillón.
—¿Honesto?
—Lo justo.
—¿Divertido?
—A su modo.
—¿Y al suyo?
—Me temo que no.
—¿Con fortuna?
—Mucha.
—Entonces ya puede tacharlo —señaló resueltamente la dama—. Un hombre no demasiado honesto puede mantenerse en los límites de la decencia si tiene la fortuna de ser poco agraciado y de escasos recursos. Pero si a ese mismo hombre le añadimos dinero y atractivo físico, tiene trazado el camino a la ruina.
(El Despertar de la Señorit Prim, natalia Sanmartín Fenollera)
NEAL SHUSTERMAN
Pero en fin, el lugar en que se encontraban no era el purgatorio, ni el Nirvana, ni ningún tipo de reencarnación, y Nick pensó que, sin importarle lo que pensara la gente, el universo tenía sus propias ideas.
(Everlost, Neal Shusterman)
Y de ese modo, tanto Nick como Lief se habían transformado profundamente con aquella experiencia de maceración: Lief había entrado en un extraño estado de discha espiritual, y Nick se había vuelto audaz y fuerte.
(Everlost, Neal Shusterman)
Sentía terror, pero al mismo tiempo se sentía ennoblecida. Luchar por la liberación de sus amigos parecía una misión desesperada para una chica sola, pero ahoraella era Allie la Apartada, que iba a guerrear contra el McGill. Los niños contarían su historia, cualquiera que fuese. No se trataba ya solo de una misión: se trataba de una búsqueda. Y estaba dispuesta.
(Everlost, Neal Shusterman)
NORA ROBERTS
- El poder de un hombre está en su espada y en su brazo, el de una mujer en su mente y su vientre.
- ¿Y su corazón? -Esta vez él apoyó la mano sobre el pecho de Aurora.
Aunque su piel se estremeció, sonrió con aspereza.
- No si entrega ese corazón. -Llevó los dedos ligeramente a su muñeca, luego los retiró-. Si yo así lo hiciera, mi señor, ofreceros mi corazón y mi cuerpo, mi valor ante vos disminuiría. Un premio fácilmente obtenido es apenas un premio. De modo que daré las buenas noches, con la esperanza de que consideréis lo que tengo como algo digno de ser ganado.
(Aurora y Owen, Destinos de Pasión: La Hora Encantada, Nora Roberts)
- Acompasad el ritmo de vuestro cuerpo con el galopar del caballo -le dijo.
- Lo estoy intentando. ¿Es necesario que estéis tan cerca de mí?
Sonrió.
- Sí, y lo estoy disfrutando. No deberíais esta incómoda con un hombre, Deirdre, cuando le habéis visto desnudo.
- Haberos visto desnudo difícilmente me da razones para relajarme al estar a vuestro lado -contraatacó ella.
Kylar azuzó el caballo al galope mientras se reía.
(Kylar y Deirdre, Destinos de Pasión: Rosa de Invierno, Nora Roberts)
- Mira, detente un minuto. Estoy tratando de seguirte el paso, en más de un sentido. No suelo pasarme las mañanas visitando dimensiones paralelas y matando demonios locos.
- Loki.
- Como se llamen. Hasta ahora, caíste sobre mí, me pusiste un cuchillo en la garganta, me amenazaste con una espada, me golpeaste en el rostro, y me arrastraste a través de un... túnel interdimensional en mi cocina. Y todo esto con sólo una miserable taza de café. Ésta no es la primera típica primera cita.
(Harper y Kadra, Destinos de Pasión: Un Mundo Aparte, Nora Roberts)
No hay comentarios:
Publicar un comentario